Imagínese una red social de inversores. Una plataforma en la que estuvieran los mejores traders y usted pudiera seguirles. Además de interactuar con ellos, podrás invertir y copiar las operaciones que estos inversores realizan. Eso es trading social –.
Parece un método seguro, ¿verdad?
Es cierto que se puede tener éxito en la inversión con esta innovadora modalidad, pero no olvide que el trading siempre conlleva un riesgo. Toda transacción no está exenta de riesgo, por lo tanto usted puede ganar dinero pero también perderlo.
En primer lugar, debe de abrir una cuenta en una plataforma e ingresar el mínimo de dinero que te exijan. Es fácil: siga las pautas de comprobación que indicamos o, mejor todavía, elija uno de las cuentas de trading que proponemos. El siguiente paso es marcar el trader del que quiera replicar las operaciones. Puedes hacer tantas operaciones desees, aunque lo más sencillo es ver en el ranking de los traders y averiguar cuáles están obteniendo más rentabilidad. Tiene la opción de escoger a varios y puede realizar el seguimiento de forma automática, o copiar de forma manual los movimientos que más le interesen.
El término anglosajón hedging significa cobertura en español. Es una estrategia de trading utilizada para reducir o incluso eliminar el riesgo de pérdidas en actividades financieras. La forma más común de realizar las operaciones de cobertura es mediante la utilización de contratos de futuros, swaps, opciones u otros derivados financieros.
En cierto modo, operar con cobertura de riesgos es similar a los contratos de seguro ambos casos los dos tratan de protegernos en caso de que un hecho futuro suceda. El hedging en actividades financieras se basa en proteger al inversor en caso de que el mercado financiero evolucione de una forma desfavorable a la posición de éste.
En términos financieros, se consideraría hedging cuando abrimos una posición contraria a nuestra inversión. Si la cotización del activo financiero evoluciona desfavorablemente a nuestra operación inicial, reduciríamos el riesgo de pérdida de capital. Algo a tener en cuenta es que la apertura de posiciones dobles reduce riesgos de pérdida de dinero pero también limita nuestras posibilidades de beneficio y conlleva el pago de dos comisiones.
El day-trading consiste en invertir a muy corto plazo, pero siempre con operaciones que se abren y se cierran en el mismo día; el término scalping es una versión más esencial de este sistema: el objetivo es conseguir ganar dinero en forma de ganancias reducidas y en un espacio muy corto de tiempo, en tan solo unos minutos o incluso segundos. Esto supone que los traders que hacen scalping realizan muchísimas operaciones al día. Para ello utilizan velas japonesas (gráficos que muestran la fluctuación del precio de un activo en un periodo concreto de tiempo), como máximo de 15 minutos, aunque lo más habitual es que no sobrepasen los cinco. Los mercados idóneos para poner en práctica esta técnica son los índices, las materias primas y las divisas. Y los activos que más se suelen usar: Mini S&P500, Mini DowJones, DAX o EUR/USD. Utilizar scalping precisa de máximo autocontrol y, sobre todo, rapidez en el análisis y en la toma de decisiones. Si tu estilo de inversión está directamente ligado a la adrenalina, aquí tienes una gran oportunidad.
A veces este sistema de inversión puede dar sus frutos, pero no siempre es el apropiado. Para estar en lo cierto, hay que investigar en las características del mercado/producto y las condiciones de acceso al mercado.
El spread es un concepto básico para los que operan con pares de divisas, aunque afecta a cualquier instrumento financiero. Se trata de la diferencia entre el precio de compra (Bid) y el precio de venta (Ask). Cuando se habla de spreads fijos es que esa diferencia entre Bid y Ask siempre es fija. Es decir, si el broker dice que el spread por operar con el par EUR/USD es de 3 pips (el pip es el movimiento de precio más pequeño que puede realizar el par con el que se opera), siempre será de 3 pips. Los spreads fijos se suelen establecerse entre 2 y 3 pips. Los variables oscilan habitualmente entre 1 y 4 pips, aunque se han llegado a dar de 8 pips en condiciones de mercado muy extremas.
Los spreads, básicamente, son la diferencia entre el precio de compra (Bid) y el precio de venta (Ask). Es un concepto que varía en las operaciones financieras y pueden ser spreads fijos o spreads variables (también se les llama spreads flotantes).
Si se abre una cuenta con spreads fijos, se sabrá, de antemano, la diferencia (2 pips, 3 pips –siendo el pip el movimiento de precio más pequeño que puede realizar el par con el que se opera–).
Sin embargo, cuando los spreads son variables, se puede tener cierta idea de cuál será su magnitud, solo hay que echar un vistazo a la situación del mercado en ese momento, pero no existe una certeza. Esto provoca que se sume más incertidumbre a la operación, porque cualquier suceso inesperado hará que los spreads, a merced de la volatilidad del mercado, oscilen hacia arriba o abajo.
Por tanto, como consejo general es que si se opta por los spreads variables, mucho mejor entrar en el mercado cuando no haya noticias que puedan convulsionarlo excesivamente. Conviene esperar a que todo vuelva a la calma, porque, cuando el mercado está tranquilo, los spreads variables suelen ser más bajos que los fijos.